¿Por qué escribo?

El poder terapéutico de las palabras.

Como muchos sabréis, hace tiempo que llevo escribiendo artículos de opinión relacionados con los aspectos emocionales en las inversiones financieras. También acabo de publicar un ensayo y estoy finalizando mi primera novela. Aparte de eso, escribo informes, redacciones, e-mails y cartas de todo tipo. Siempre que puedo, no pierdo la ocasión de coger un bolígrafo o el teclado para dejar fluir mis pensamientos. No me da pereza escribir, ¿por qué? Aparte de entretenerme, es un medio que me permite expresar los sentimientos con transparencia y sin filtros.

Uno de los problemas de la comunicación es que el mensaje entre emisor y receptor no suele ser captado y eficiente al cien por cien, principalmente por ruidos y filtros. Voy a demostraros a qué me refiero analizando la siguiente cuestión:

¿Por qué suelen escribirse cartas de amor?

Es un claro ejemplo de una búsqueda inteligente por enviar un mensaje sincero y sin filtros a un receptor. La intención es que lo reciba sin ruidos y que capte la máxima atención. Decirle a tu pareja lo mucho que la echas de menos, todo lo que te aporta y que sueñas cada noche con ella, no tendrá la potencia ni llegará de la misma forma a la otra persona si se lo dices a viva voz en un bar, improvisado, bajo presión y con ruido, que si con tiempo y calma lo consigues plasmar en un escrito para posteriormente leerlo o entregárselo. Por supuesto que ambos cumplen su cometido, pero:

¿Cuántas veces los miedos internos nos condicionan y nos bloquean o impiden el decir algo?

La escritura tiene el poder de sanar. Permite dejar fluir los pensamientos, exprimir la creatividad, entrar en matices sin perjuicios, apartar la vergüenza y, entre otras muchas virtudes, sacar a relucir el verdadero yo. ¿Os ha sucedido que queréis contar o expresar algo a una persona, pero sois incapaces? A mí sí. Ya sea porque os cause respeto o incluso miedo, no solo ella, sino su reacción al mensaje. Para mí tiene el mismo valor sentarse delante de alguien y expresar cara a cara un mensaje, que leerlo o entregarlo por escrito. En ambos casos eres tú quien haces esas declaraciones y tratas de llegar al interlocutor. Si no tienes valor para hablarlo directamente, escríbelo.

Cuando alguien logra expresar una emoción que le tenía secuestrada la conciencia, logra una sensación de libertad interior impagable.

En un ritmo de vida como el actual, en el que no ejercemos el control sobre el tiempo y vivimos peleando contra él, estamos dejando olvidada una de las necesidades vitales de toda persona, expresar sentimientos. Lo afirmo en mayúsculas y doy fe por la parte que me toca. No encontramos la ocasión ni la valentía de sacar nuestras emociones y es algo que continuamente nos hace daño y castiga. Descargar esa información, sensaciones y pensamientos es de vital importancia para encontrar un estado personal que todos deberíamos encontrar y sentir, la paz interior.

En el libro Buscando mi esencia, hay un claro ejemplo de lo que es sacar todo lo que hay dentro de uno mismo. Escribirlo me proporcionó una limpieza interior de perjuicios, expresar sentimientos y poner en orden mis prioridades en la vida que de otra forma no habría conseguido. Os adelanto que el protagonista de la novela en la que estoy inmerso, va a descubrirse a través de la escritura y no solo eso, la gente de su alrededor va a conocerle gracias a ese gesto. Va a ser una nueva muestra de cómo una persona puede enriquecer su salud emocional, autoestima y confianza cuando logre estar en paz con el mundo y consigo misma.

Hace unas semanas tuve una experiencia con un compañero al que estamos ayudando en Enneatrading. Presentaba una falta de confianza en sí mismo y le invadían temores que le impedían operar en los mercados financieros con fluidez. Él no era consciente de que estaba viviendo tras una máscara. Estaba condicionado por unos miedos que venían de su infancia y eso le obstaculizaba a expresarse tal cual era. Sin darse cuenta, comenzó a escribir y expresar sus sentimientos. Cuando empezó a teclear, sintió que ya no podía parar de hacerlo hasta que tres horas y cinco folios más tarde, le permitieron extraer todo lo que durante tanto tiempo había tenido guardado. Tras vaciar aquella información, se quedó a solas ante su verdadero yo, al que no había conocido nunca pese haber vivido juntos durante muchos años.

Otra de las razones para escribir, es que las palabras quedan ahí, perennes. Se puede releer tantas veces como uno quiera y volver a revivir esos momentos. Supongo que todos tenéis ilusiones y estáis luchando por algún tipo de objetivo, pues el hecho de escribirlo y revisarlo a diario, multiplicará la posibilidad de lograrlo. El subconsciente es muy listo, aunque a veces vago y si cada día lo alimentamos de buenos mensajes, acabará creyéndoselo y animándote a realizar las acciones que te acerquen a los objetivos. Haz la prueba.

Como podéis comprobar, lo que acabas de leer es un claro ejemplo de lo que quiero transmitir, he escrito esto porque sentía la necesidad de exteriorizar mis inquietudes, por eso me he levantado de la cama y he comenzado el día con la tranquilidad de haber hecho algo que me gusta y de paso, animar a la gente a trabajar en una buena causa para ellos mismos.

Que paséis un buen día. Y no tengáis miedo ni vergüenza de escribir.


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